jueves, 7 de junio de 2007

Universos paralelos

Para mi era una leyenda urbana y nada más. Nunca imaginé que fuera cierto. Tal vez fue un mecanismo de defensa, una hipnosis a mi mente para negar un hecho que mis ojos jamás habían visto, pero llegó el día en el que viví para contarlo y, realmente, transité este salto a la realidad prácticamente en shock.

Y es que la humanidad es tan diversa que como dirían las abuelitas, “hay de todo como en botica”. Si somos distintos físicamente de acuerdo a la raza, nacionalidad, color y sabor, ahora imaginen todas las posibilidades que la mente y el espíritu de los miles de millones de seres humanos podemos arrojar. Es como indagar todas las combinaciones posibles para ganarse el Melate (¡basta preguntarle a los 5 ganones del lunes!)… Gustos culinarios, programas en la tele, estilos de ropa y peinados, tipo de letra, preferencias literarias… y aficiones musicales.

Desde mi época de universitaria tuve la fortuna de rodearme de amistades que, por decirlo de alguna manera, habitaban en mundos muy distintos al mío. Poco a poco mi naciente lista de mp3 que desde el origen albergó los hitazos ochenteros localizables en el Napster (cuya alma permanece en el cielo de los softwares descontinuados, como el inolvidable ICQ), se fue llenando de aportaciones patrocinadas por esos amigos de otros mundos. Entonces conocí a los Pixies, a Ozzie Osborne, a los Aterciopelados o incluso a los mismísimos KISS. Mis horizontes se ampliaron, mi burbujita admitía lo más básico o lo más rimbombate.

En este proceso “desañoñador” en el cuál he comprendido que Daniela Romo, Timbiriche, Yuri o Magneto no son lo único, he transitado desde lo sublime hasta lo aberrante, hasta las leyendas urbanas provenientes de universos paralelos, salidas de hoyos negros o la dimensión desconocida. Es por eso que me resulta increíble que en una misma semana quede maravillada ante la experiencia de escuchar ópera en vivo por primera vez en mi vida, y a la vez quede horrorizada al descubrir, después de años de existencia en la oferta musical y la insistencia de los amigos de otros mundos, los videos del grupo “Los Caracoles”. Repito, el shock fue tal que creo perdí como 7 neuronas.

Pido disculpas si algún aficionado de este producto exclusivo de Televisa Veracruz se siente ofendido, pero no lo puedo controlar. Haga usted de cuenta que está viendo las plataformas de KISS debajo de 4 hombresitos porteños enfundados en interesantes prendas untadas, con rubias cabelleras oxigenadas y la cara pintada como en halloween. Y creo que fui benévola. No puede ser que días antes mi espíritu, que se fundió entre la ovación al tenor que nos regaló una extraordinaria versión del Nessun dorma, hoy escuche sobre lo bonito que bailan “las viejas del Papayal”, en una emisión en vivo donde las masas aclamaron y soltaron la polilla al ritmo tropicoso de “a mi me dicen el teibolero por mi meneo y sabroso cadereo”.

Que conste que esta columna requiere rigurosa investigación… y entonces quedé en shock.

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Nota: (si esta pena las causa una vaga curiosidad, puchen este video y se convencerán)

3 comentarios:

Brenda J. Caro Cocotle dijo...

Los Caracoles...así que no soy la única incauta que posee en su cerebro, recuerdos de los mismos y que qusiera, como Bart Simpson, suprimir de mi cabeza.

Yomera dijo...

no pude ver el video, creo que es lo mejor...prefiero conservar 7 o mas de mis neuronas....saludos!

Ra dijo...

Brend y Yo mera, gracias por ser fieles lectoras de esta columna, y sobre todo por participar siempre con sus comentarios...

Brend... el horror de vivir con esas imágenes a cuestas...

Yo mera... qué bueno saber que aun posees parte íntegra de tu ser y no enloqueciste al ver semejante aberración...