martes, 26 de enero de 2010

... gracias Sabines


Me doy cuenta de que me faltas...


Me doy cuenta de que me faltas
y de que te busco entre las gentes, en el ruido,
pero todo es inútil.
Cuando me quedo solo
me quedo más solo
solo por todas partes y por ti y por mí.
No hago sino esperar.
Esperar todo el día hasta que no llegas.
Hasta que me duermo
y no estás y no has llegado
y me quedo dormido
y terriblemente cansado
preguntando.
Amor, todos los días.
Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
en mi garganta como moscas en un frasco.
Yo estoy arruinado.
Estoy arruinado de mis huesos,
todo es pesadumbre.

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Jaime Sabines

domingo, 24 de enero de 2010

Líos domésticos


Reconozco que muchas, muchas veces, exagero un poco las anécdotas aquí narradas. No es que pretenda contarles inventos ni cosas que no son, sin embargo de pronto recurro a un simple recurso literario para hacer las historias aún más sabrosonas. Pero lo que aquí voy a contar es una serie de eventos desafortunados reales, sin ningún dato adicional ni exagerado ni ficticio, que me ocurrieron desde que el sol arrojó sus primeros rayos hasta que la luna lució en su punto más alto...

Sólo por contexto, debo mencionar que tuve a bien invitar a mi feliz familia a compartir un lindo domingo familiar en mi dulce hogar... He aquí el triste conteo...

Lío doméstico #1:

Ante la pila de trastes sucios que desde hace días no conocían el agua y el jabón, decidí amanecer muy "hacendocita" y poner en orden la cocina que generalmente es lo más caótico en este hogar merodeado por gatos. Ya enfilada, decidí limpiar el refrigerador por si sobraba mucha comida y no tenía lugar donde ponerla... Por cierto... ABORREZCO LIMPIAR EL REFRIGERADOR.

Una vez que encontré alimentos que ya albergaban colonias enteras de habitantes no deseados, concluí que aquello no podía ni ir a la basura (además, Dios sabe cuánto se tarda el servicio público para recoger los desechos) y, siguiendo la lógica aprendida en mis años mozos, puse algunas cosas en la licuadora para después darles el último adios en el fregadero.

La primera tanda salió perfecta pero en la segunda algo comenzó a oler mal... literalmente. Cuando reaccioné, la licuadora destilaba el peor olor a cable quemado y parecía tren de vapor echando humo para todas partes... Oh por Dios... ¡Quemé la licuadora!

Lío doméstico #2:

Cuando reparé en aquella pestilencia, de inmediato apagué todo y comencé a echar, poco a poco, el contenido al fregadero. Y si especifico el "poco a poco" es porque la infraestructura de esta casa merodeada por gatos es un poco vieja, y la experiencia me había enseñado que la tubería se tapa de solo verla. Sin embargo, al arrojar el frustrado y mal triturado contenido "poco a poco", descubrí que en efecto se estaba tapando, así que dejé el vaso de la licuadora a un lado para tratar de arreglar el problema... sin embargo... Oh por Dios... ¡Se me regó todo el contenido y se tapó absolutamente todo!

Lío doméstico #3:

La lógica doméstica me hizo reaccionar de inmediato y fui de inmediato al baño por la bombita esa cuyo nombre desconozco pero que sirve para hacer vacío y destapar apuros como este. Sin embargo lo hice y nada, un segundo RCP a mi fregadero y nada... Y después... el asco de saber en dónde suele estar aquella superficie en combinación con las uvas mal trituradas... AAAGGGGGG!!!! Realmente asqueroso...

Me ahorraré los detalles y sólo diré que, ante eso, salí corriendo al súper por un Drano, Destopelop o como quiera que se llame... Llegué esperanzada en que tenía la solución en mis manos y vacíe el contenido de tremenda botella roja suponiendo que en 30 minutos el desperfecto quedaría arreglado... Casi a tiempo antes de que llegaran mis visitas.

Lío doméstico #4:

Y como la función debe continuar, mientras esperaba la magia del destapacaños me dispuse a preparar algo rico para mis invitados. Limonada preparada y un pico de gallo delicioso y fresco para el calor (en mi familia el "Pico de Gallo" no es sólo la revoltura esa para molletes, es un asunto rico con jícama, jugo de naranja y cacahuates enchilados). Según yo, tenía en mis reservas un par de jícamas hechas para los dioses... Oh por Dios... ¡Mis jícamas estaban incomibles!

Lío doméstico #5:

Después de espulgar severamente y con ojo inquisidor los cachitos de jícama que se salvaron, decidí preparar una rica limonada preparada. Saqué los intrumentos de trabajo: Jarra, polvo de limón instantáneo y agua mineral. Chepina estaba a punto de dar cátedra cuando... Oh por Dios... ¡Abrí el refresco y explotó todo el gas!

Lío doméstico #6:

Los primeros invitados llegaron más temprano de lo que imaginé. Apenas había resuelto el cochinero cuando mis papás hicieron su feliz aparición. Mi papá se ofreció a repararme la tapadera del caño, pero pidió herramientas y en esta casa, merodeada por gatos, las herramientas aún no forman parte del inventario. Así que fui al carro a ver si algunas de las que ahí vienen servían de algo, cuando mi madre de pronto me dio la noticia... Oh por Dios... ¡Tu llanta está muy baja... creo que anda ponchada!

Lío doméstico #7:

Exploté, salí en el auto, busqué quién la revisara, todo cerrado (feliz domingo) y después de ir por las pizzas no me quedó más remedio que ir a la gasolinera a que el buen joven le echara aire a mi desairada llantita.

Lío doméstico #8:

Cuando todos llegaron y comimos muy tranquilos sospeché que no podía pasarme nada más el día de hoy. Pero terminó la comilona, se lavaron los trastos, ayudé a secarlos para que cupieran los demás y... Oh por Dios... ¡Rompí un vaso!

Esta serie de eventos desafortunados sucedió, créanmelo o no, en menos de 24 horas. De haber sabido cómo pintaba mi día, no hubiera sacado un solo pie de mi cama... Ni modo, sólo así se aprende y mañana, bendito el Creador, será otro día...

jueves, 21 de enero de 2010

Lista de pendientes


  • Necesito volar muy alto.
  • Necesito paciencia.
  • Necesito correr un maratón para cansarme y no pensar.
  • Necesito fuerza.
  • Necesito una pila nueva para el control remoto.
  • Necesito secarme por dentro para dejar de llorar.
  • Necesito cocinar mis verduras congeladas.
  • Necesito dejar de mirar el dedo anular de mi mano izquierda.
  • Necesito frenar a mi mente, volatil, ideática.
  • Necesito recordar las cosas buenas de la vida.
  • Necesito bajar la lonja navideña.
  • Necesito concentrarme en mi trabajo.
  • Necesito lavar mis sábanas.
  • Necesito más días de sol para aclarar mis sentimientos.
  • Necesito, por sobre todas las cosas, tener fe... mucha fe.