sábado, 19 de septiembre de 2009

Nueva vida con saco morado

El solo hecho de sentarme a escribir de nueva cuenta una de las tantas y tan lejanas "Policromías" me produce un complicado sentimiento que va desde el miedo hasta la feliz emoción. Por razones propias de la naturaleza y vorágine de la vida moderna (me gusta encontrar momentos para escribir "vorágine"), cada vez me cuesta más trabajo hacer este ejercicio, que sin duda requeriere de una disciplina y una dedicación que ya no tengo más.

2009 ha sido un año realmente difícil. Pregúntenselo al Pop con la pérdida de Michael Jackson; pregúntenselo a Obama y la crisis mundial, pregúntenselo a Calderón, a los padres de los niños que murieron en una guardería, a los taxistas, comerciantes, maestros, clase baja, egresados de las universidades y a muchos otros sectores que particularmente este año hemos padecido más que nunca los estragos de la crisis financiera. Pregúntenselo a todos aquellos que han perdido sus pertenencias con las lluvias, mientras que, irónicamente, hace algunos meses cuidaban el agua por razones de escases. Claro que siempre habrá excepciones, así que es mejor no acercarse a políticos corruptos, funcionarios abusivos, diputados y exdiputados, gandallas, bárbaros, ladrones y musarañas de igual calibre que gozan saqueando las arcas nacionales. A ellos ni les pregunten nada, no vale la pena deprimirse más.

Sin embargo y aún con todo y CRISIS escrito con letras de sangre, la gente sigue viviendo su vida. Las familias se expanden, como mi hermana, que próximamente traerá al mundo a Liosita Dos, hermanita de Liosita Uno, alias la Niñita, que a sus 3 años está más despierta que cualquier volcán en erupción. Las parejas se casan, se divierten, se comparten, se alegran de estar juntos... de esos ejemplos tengo muchos a mi alcance, gracias a Dios. Los hombres buenos y trabajadores siguen obteniendo satisfacciones por sus logros; los enfermos se bendicen con la salud; los ciclos para muchos que se cierran y gustosamente otros se abren, la televisión no deja de darnos sorpresas de vez en cuando... en fin. No importan los malos momentos: LA VIDA SIGUE Y EL MUNDO GIRA, y eso nadie lo puede frenar.

No es que yo fuera en contra de Galileo ni mucho menos... Es solo que me queda claro que la mejor manera de afrontar los malos tiempos es programando la mente y el alma para pensar en positivo y atraer únicamente lo positivo. Lo demás está de sobra, el drama y el sufrimiento son solo eternos si uno quiere que lo sean... Y, a veces, las crisis son las mejores formas de conocerse uno mismo.

Y es que en medio de esto, solo a mi se me pudo ocurrir buscar independencia familiar, cambiar de empleo, titularme y encargarme de una linda maceta de gerberas que en medio de la humedad xalapeña sobrevive día con día entre el moho y la falta de atención. Sí, mi vida está cambiando tan rápido que solo por la oportunidad de poder tomarme unos "meses sabáticos" he podido digerir, y es que no es fácil entrar a un universo compuesto de materias tan complicadas como Cocina, Compras domésticas, Postres y pasteles, Seminario de goteras, Desperfectos hogareños y Economía de la casa. En casi todas voy apenas en primer nivel. Bueno, quizá ya me promoví a Cocina 2 (felizmente ya pasé de la sopa Maruchan y las latas de atún), y presumo que en las áreas de Limpieza tales como Barrido ideal, Trapeado de ensueño, y Sacudido impecable me exenté solita, pues esos cursos los tomé desde hace años en la casa paterna.

Pero este breve periodo no solo ha sido la sobrevivencia en soledad. También estoy aprendiendo (o más bien, reaprendiendo) que el poder de la mente es tan grande que conceptos tan olvidados en estos tiempos como LA FE pueden existir con resultados sorprendentes. Me decía un tío muy querido: "La fe no solo se concentra en lo religioso. Cada mañana te subes a tu coche y sabes que va a prender, ¿no?, seguro porque no te pones a pensar en todo el proceso que se requiere para ello, tu solo sabes que tu coche prenderá y te llevará a un lugar determinado. Tienes fe en que tu coche sirve". Con esas ideas he estado llevando mis propios pensamientos, canalizándolos hacia los nuevos cambios que aún estan por venir. Y cuando digo cambios me refier no a las cosas grandes... ¡no!

Apenas esta semana recordé que, guardados en algún remoto lugar, existen unos metros de tela morada con los cuáles mi tía Chelo me haría un maravilloso abriguito para la temporada invernal de hace 2 años. Con el pretexto de que vendría de visita, traté de recordar con la mente dónde quedó la tela y sin querer me fui enamorando de la idea de tener una prenda de mi color favorito para utilizar en momentos elegantes. La necedad de imaginarme envuelta en tal maravilla me hizo traer la idea en mi mente por días enteros, hasta que llegó la noticia de que mi tía Chelo no vendría y decidí que, apesar de ello, llevaría la tela con el sastre para poder ver mi nuevo caprichito cristalizado. El jueves recibo un mensaje de auxilio para ayudar a mi amiga Gis a una traba cibernética, así que acudí a tal llamado gustosa y feliz. En el cotorreo salimos de compras, me llevó (debo decir que ni siquiera puse objeción alguna) a un lugar maravilloso de ropa muy económica y mientras miraba y miraba, una luz iluminó un gancho blanco con un hermoso saco morado de terciopelo. ¡Y me quedaba a la medida! Sin más ni más y con el presupuesto destinado a la partida de Quesos y Embutidos compré el maravilloso saco que, una vez en casa, usé hasta para cocinar. Eso sí, cuando llegó el Amor de mis amores con la tripa mordida pidiendo una dotación de hot dog, tuvo que conformarse con ver a su novia envuelta en morado... "¡Lo siento Corazón, eran salchichas o moda!", dijo la feliz modelo.

Así, como este jocoso pero real evento, creo que debemos manejar los tormentos de la crisis. Me refiero a la cuestión de la fe, pero no la fe malentendida de sentarse a esperar que sucedan las cosas, sino aquella donde nosotros sembramos y ponemos de nuestra parte y, cuando llega el momento, nos sentamos a esperar que llegue la buena cosecha, sabiendo (con la fe) que ésta será buena y adecuada para todos.

Es extraño como una palabra tan pequeña encierra un concepto tan inexplicable... Fe. Mientras la vida sigue su curso, como dirían los Beatles, yo seguiré viviendo como lo hace el resto de la humanidad, haciendo cosas y esperando, añorando, deseando con todas mis fuerzas, que aquello que yo propicio con buenos pensamientos llegará e incluso, se multiplicará.