jueves, 17 de septiembre de 2015

De blogger a vlogger: 10 años de documentar mi vida


Según dan cuenta los archivos, fue un 18 de septiembre de 2005 cuando escribí el primer post de mi recién creado blog Ratona de tv. En aquel entonces tenía dos años de haber comenzado mi vida laboral, y en la segunda cosa que invertí mis bien merecidos salarios fue en una computadora de escritorio (la primera, adivinaron, fue una televisión). Era una maravilla tener mi propio equipo en mi propia recámara, y tener conexión a internet me daba la sensación de que tenía el mundo a mi disposición con tan solo dar click. Así, ociosa, mientras me comunicaba con el mundo por medio de mi Messenger de Hotmail, me divertía por horas explorando con asombro esos sitios personales que solían llamar Bitácoras (después se popularizó como Blog) donde se podían leer los pensamientos, ideas, comentarios, frustraciones, recomendaciones o pendejadas que el dueño de cada sitio exponía ante los demás. Y no sólo eso, sino que además se podía interactuar y dejar comentarios sobre eso que alguien en otro punto geográfico redactó y que uno, sin conocerlo siquiera, tenía frente al monitor. Para mí eso era todo un acontecimiento, que por lo menos tenía un par de años de haber comenzado a emerger.

Recuerdo el primer blog que comencé a seguir: el autor se nombraba El Huevo, y por azares de la vida aún sigo a este personaje pero ahora en su cuenta de Twitter... no sé, era demasiado listo y demasiado sarcástico como para hacerme pasar horas de mucho entretenimiento. Después descubrí a Alma, quien escribía desde Colima asuntos muy personales, a David Moreno desde Yucatán (ahora en Campeche), con quien compartía afinidades televisivas... Y entonces decidí invertir esos múltiples ratos de ocio en crear mi propio espacio. 

Sonaré como abuelita, pero Blogger ya no es lo que era, y en aquel momento uno tenía que aprender lo mínimo de código html (cosillas muy básicas) para poder decorar ese ciberrinconcitopersonal de acuerdo a nuestro propio estilo. Yo entraba a muchos blogs para ver sus aplicaciones y buscar la forma de incrustar contadores, relojes y demás chucherías desde sitios que los generaban de manera gratuita pero siempre en el dichoso código extraño. A fuerza de practicar, de invertir cualquier cantidad de horas nalga, y motivada por exponer mis letras al ancho y largo mundo virtual, mi primer blog quedó listo, y Ratona de TV creó su primer post cuyo interesantísimo contenido era un par de fotos, una de la serie Dawson´s Creek y otra de Beverly Hills 90210 que decía "Duelo de series... ¿Dawson´s Creek o 90210?" Brutal mi primera contribución. 

Poco después fui conociendo esta nueva forma de expresión, comprendiendo que la interacción con otras personas podía resultar muy interesante. Ser un "blogger, es decir, una persona activa en la acción de redactar entradas que se mostraban cronológicamente de manera continua, tenía sus responsabilidades, y si se deseaba ser leído por otras personas era indispensable darse a conocer. El fenómeno era tan extraño que a veces, sin hacer mucho ruido, descubrías que un post cualquiera podía tener visitas de gente totalmente desconocida que por desconocidas razones llegaba a tu sitio. Y así fui emocionándome, contagiándome del ejemplo de otras persona que al igual que yo le entraban a estas novedades tecnológicas, como mi amiga Eva Varona, y conociendo a otras que en aquel momento estaban del otro lado del mundo pero con pasiones igualmente compartidas, como mi querida Cristina. 

Meses después saqué otros dos blogs (estaba picada, lo sé): uno dedicado a mis preciosos perritos Pochaco y Toto (Vida de perros consentidos), con lo cuál pude ser parte por un buen rato de una comunidad increíble con perritos de todo el mundo que, al igual que los míos (o más bien sus dueños), documentaban el día a día por medio de fotografías y textos hermosos. El otro fue este, un sitio que albergó mis Policromías que ya tenían un tiempo de haber comenzado a publicarse. 

Han pasado 10 años y me resulta increíble que esa parte de mi vida personal y profesional ha quedado documentada en estos espacios que cualquier persona (cualquiera interesada, por supuesto) puede leer. Me sorprende ver mis primeras entradas en Ratona de TV y el tipo de textos que puedo subir ahora. 

Increíble y circunstancialmente el pasado 14 de septiembre acabo de estrenarme como Vlogger, así, con V. Vlogger es un término que resume el video blog, es decir, videos que documentan de manera cronológica la vida, las pasiones, intereses, comentarios y pendejadas de la gente. Y las reglas no han variado mucho, sólo que ahora la interacción se da desde muchas otras redes sociales, pero la dinámica de conocer a alguien, de encariñarte con lo que tiene que decir, de comentar y participar en la conversación que se inicia desde un medio audiovisual es igual. 

Gracias a mis nuevas actividades laborales he entendido que ser Vlogger resultará un apoyo fundamental a mis estrategias mercantiles, pero también porque al igual que hace 10 años, el fenómeno de esta manera de expresión me asombra tanto que moría por ser parte de él. Y así, en video, empiezo a dejar constancia de algunos aspectos de mi vida diaria junto con Tokotina (al parecer la gran protagonista) esperando que toda persona afín a mis pasiones e intereses me siga, y me deje un mensajito, una palabra, una interacción. Es increíblemente fantástico cuando eso sucede. 



No pude celebrar de mejor manera mi primera década inmersa en las redes sociales: haciendo la transición de una bitácora a otra, asumiéndome como blogger y luego como vlogger. Velitas, porras, fanfarrias y espantasuegras para festejar semejantes eventos... y miles de gracias a todos aquellos que de manera casual o afectiva han estado en contacto conmigo por estos medios: su comunicación me alimenta y emociona muchísimo. 

¡Feliz cumpleaños a mi!