jueves, 21 de junio de 2007

Mis propias maravillas

El 7 del 7 del 07 será una fecha importante para mundo moderno. Sí, ese día anunció Ninel Conde que se casará con o sin pareja (¿?), y la (casi) Esposa (muy) Desesperada Eva Longoria ha planeado un asunto similar enfrascándose una penosa guerra por la ceremonia más naca del espectáculo. Ese día también mi querida prima Hilda cumple sus primeros 30 años de vida. Pero no es eso lo que nos ocupa. Tras una larga e intensa campaña publicitaria, los ciudadanos de este planeta seremos testigos del nombramiento de las nuevas siete maravillas creadas por la mano humana, obras que simple y sencillamente demuestran la trascendencia de una idea, de un reino, de una civilización entera.

Como en todo, fue hasta que se puso de moda el tema que mostré interés alguno en conocer algo sobre las antiguas y las postulantes. Tan asqueada terminé en el 2006 y al borde del vómito que continúo con las campañas electorales estatales que la idea de un voto más en mi currículum ciudadano no me atrajo en lo más mínimo, así que visité la página de las new7wonders.com sólo por la cosquilla de saber qué países postulan sus atractivos turísticos más importantes.

La Acrópolis, la Estatua de la Libertad, la Torre Eiffel, el Coliseo Romano, los templos de Kyoto, el Taj Majal y la pirámide de Chichén Itza son algunas de construcciones en disputa. En la página me encantó que cada una de éstas cuenta con una descripción de su historia e importancia y al final resumen por qué debes votar por tal o cual. Cuando leí la sugerencia debajo de las Estatuas de la Isla de Pascua, en Chile, me dio mucha risa: te invitan a votarlas porque son un símbolo de misterio y terror. ¿Pero cómo? ¿Votar por algo que me da miedo? Bueno pero qué invitación tan más chiflada... Tal vez lo haga por Timbuktu sólo porque la sola palabra me causa una gran fascinación.

La competencia está reñida, sobre todo porque hay que tener algo representativo de esta era y de todo el mundo, no como las maravillas antiguas, algunas al parecer existentes sólo en papel y planos.
¿Qué por qué 7? Para ciertas culturas era el número perfecto. Sólo piensen en la Biblia y sus 7 pecados capitales y el 70 veces 7. Así pues y con este frenesí en pleno auge he decidido elegir mis propias maravillas modernas tangibles e intangibles, aportaciones de la humanidad sin las cuáles no podría vivir. Pongo 8 porque los números impares me rechocan. Ahí les van, sin orden específico:

1.- La televisión. Mi vida definitivamente no sería la misma sin ella.
2.- Los libros. Dios bendiga a Guttemberg y su imprenta.
3.- El escusado. ¿Saben lo que sería de nuestra vida sin él? (Con osito Charmín incluido, por favor)
4.- El horno de microondas. Los flojos somos los más felices gracias a él.
5.- Las salchichas. No puedo vivir sin ellas, sobre todo de pavo.
6.- El internet. No me importa hacer más rico a Mr. Gates.
7.- La salsa Catsup. A todo le va bien.
8.- ¡Youtube.com!

Así que, ¿cuáles son sus maravillas particulares? ¡Hagan sus listas!

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