viernes, 24 de noviembre de 2006

Unos quieren subir...

La vida es tan diversa que todos tenemos diferentes conceptos y opiniones sobre ella y lo que nos rodea. Quien haya siquiera imaginado que pude existir el término objetividad seguramente lo hizo imaginando una tierra utópica donde el colectivo pudiera ponerse de acuerdo en cosas tan simples como la comida del día o la tonalidad exacta del azul del cielo.

Entre tantos ejemplos está el de la música; hay para quienes ésta resulta el vehículo ideal para expresar situaciones políticas, denuncias sociales, ideas de cambio, descontentos contra una guerra o un sistema represor. Hay quienes, por el contrario, tienen en ella a la más pura expresión del alma y todos sus sentimientos. Para mi ambas posturas, igual de válidas, tienen un cierto punto medio, donde se logran fusionar emociones con realidades.

Sin saber mucho del tema e ignorando si estoy al borde de incurrir en algún estropicio, puedo decir que las letras que escribe Aleks Syntek me evocan eso precisamente. La primera vez que escuché con detenimiento una canción suya llamada “Lo perfecto” comprendí que determinadas piezas están destinadas a ser digeridas, a ser comprendidas, a ser asimiladas, reflexionadas. ("No va conmigo lo perfecto/ Pero intento lo correcto/ Nadie nace conociendo lo ideal/ Debes poner tu mano en fuego, y sabrás...”)

Para esta ocasión encontré la canción ideal de este cantaautor sobre lo que quiero decir; “Unos quieren subir, yo me quiero bajar/ sino saben que hay arriba/ dejen de fastidiar...” Más que una frase rebelde creo que así es la humanidad: un puñado de inconformidades acumuladas. Cuando unos quieren subir, otros se quieren bajar, cuando unos quieren salir, otros quieren entrar. Cuando unos aspiran encontrar en la música protesta, otros buscar amor; cuando unos quieren paz, otros buscan la guerra.

Leía con tristeza la muerte de una joven modelo brasileña cuyo cuerpo se marchitó tras la anorexia. Leía también que México es el segundo lugar en obesidad seguido sólo por los Estados Unidos. Recientemente fui a una boda donde la pareja estaba radiante por celebrar su unión mientras, por otra parte, escucho a quienes se quejan amargamente de la vida marital y prefieren vivir su vida por separado. De pronto me rondan pensamientos sobre la idea de tomar mis maletas y salir de mi casa para formar mi propio hogar, mientras que quienes ya lo han hecho anhelan y extrañan la vida familiar. Los jóvenes quieren crecer, los viejos desean regresar.

Y así, en lo más simple hay quienes son delgados y quieren engordar, quienes son chinos y sueñan con una lacia cabellera, quienes son de piel clara que desean broncearse y quienes son oscuros quien aclararse. Unos que quieren subir, y otros, que ya han estado arriba, quieren bajar. Qué irónica es la humanidad y su cúmulo de inquietudes, pues, como dice el buen Syntek: “Cada cabeza es un mundo/ y cada mundo tan distinto/ cada destino diferente/ y diferente es la gente...”

No hay comentarios.: