jueves, 16 de noviembre de 2006

Las pequeñas cosas

Querido lector policrómico: lo invito a hacer un pequeño ejercicio. Piense por favor en un día normal, común y corriente. Piense en lo que hace desde el momento en que se levanta hasta el instante en el que se aleja al mundo de los sueños junto a Juan Pestañas. Cada uno de nosotros seguramente tendrá rutinas muy distintas, sin embargo, seguramente, tendremos también ciertos puntos en común, como el empleo de implementos y artefactos que nos ayudan a prepararnos el desayuno o a mantener el aliento fresco durante la mañana. Pero, alguna vez hemos reparado en la real utilidad de estas pequeñas cosas? He aquí algunos datos de quienes han llevado lo cotidiano a otros niveles...

*Antes de los muros absurdos y el terrorismo, los estadounidenses tuvieron la gran idea de llevar un gran invento de la antigüedad hasta la Luna; en 1969 Neil Armstrong elevó la higiene bucal hasta las estrellas, al empacar en su travesía un cepillo de dientes cuya historia sitúa al primer ejemplar en el año 1498, cuando un emperador chino adaptó cerdas de pelo de puerco en un hueso. Luego vinieron los ingleses a darle forma y el resto todos lo conocemos.

*¿Usted sabía que existe una Organización Mundial de Sanitarios? Uno acude varias veces al día a esta maravilla de invento moderno, sin siquiera imaginar que en algún lugar del mundo existe una Academia Mundial especializada en Baños, donde el mantenimiento y la limpieza de los lavabos ocupa un curso completo en esta escuela de Singapur, cuyas clases comenzaron el mes pasado... Pero aquí no acaba la sorpresa. La cultura asiática ha logrado imponer fuertes multas a quienes no jalan la cadena del retrete, y desde hace cuatro años han convocado a la “Cumbre Mundial sobre Baños”, donde en su última edición se dio a conocer que un total de 2 mil 600 millones de personas en el mundo carecen de baño propio.

*Si le cuento que el invento cotidiano de Sir John Randall y del doctor Boot fue pensado para frustrar a la ofensiva nazi y no para lo que se ocupa actualmente no me lo creería. En 1946 el doctor Percy Spencer supo por casualidad que las microondas generan calor, y adaptó aquello que estos ingleses ocuparon como elemento para los radares durante la Segunda Guerra Mundial, en la maravilla moderna que hoy salva (sobre todo) a todos los negados en el arte culinario.

*Tal vez usted se ha emocionado y ha cantado alegremente con las películas de Walt Disney. La mayoría de estas cintas ofrecen a los niños atractivas historias animadas con mensajes implícitos sobre valores y principios morales; lo que seguramente desconoce es que después de la Segunda Guerra Mundial esta empresa realizó cortometrajes didácticos para diversificar su mercado: uno de ellos es del año 1946 sobre la historia de la menstruación con una duración de 10 minutos. Otro de estos ejemplos fue creado en 1977 y trata sobre las enfermedades venéreas. (http://www.youtube.com)

¿Verdad que lo cotidiano siempre nos puede sorprender? ¡Hagan sus comentarios!

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