sábado, 1 de agosto de 2015

MFT 1

Pues comenzaré con esta lista, sin una numeración en particular. Son las cosas que estos días he ido pensando y que, tan sólo de pensarlas, me han inspirado. MFT será el nombre corto de

MY FAVORITE THINGS:

HelloKitty. En todas sus presentaciones soy harto fan de este dibujito que a su vez se traduce en objetos múltiples. Desde que era niña mi mamá me ponía ropa con la Kitty, o quizá por regalo llegué a tener bolsas, salvavidas y algunas otras chácharas. Debo reconocer que las cosas que hoy tengo son en su mayoría, obsequiados, ya que este es un vicio que la gente sigue fomentándome, ¡y lo agradezco muchísimo!



Post its. Simplemente considero que han sido uno de los mejores inventos del hombre en esta Tierra. Los amo en cualquiera de sus formas, tamaños y colores; me han sido de tanta utilidad para lecturas, recordatorios, orden, notas... ¡LOS AMO!

Ver la luna y las estrellas desde la azotea de casa de mis papás. Justo ayer lo hice después de tantos años, salí a media noche a ver la famosa Luna Azul.

Hallazgos. Quizá por ser hija de un Auditor, quizá por mi gusanito de investigadora (y no privada)... el caso es que cuando logro dar con algún hallazgo que parecía nunca iba a descubrir, o simplemente cuando llego a tener un conocimiento nuevo me emociono al límite, y a veces hasta bailo y toda la cosa.



Brincar. Desde niña me gusta mucho brincar. Mi mamá no me dejaba hacerlo en la cama (por supuesto que lo hacía de contrabando), pero me sucede sobre todo cuando estoy contenta. A veces brinco la cuerda, a veces brinco nomás por estirarme, a veces nomás nada. Pero de que me gusta, me encanta.

Ver imágenes bonitas. Antes no sé cómo saciaba este gusto, pero gracias a las redes sociales puedo pasar horas felices y muy dichosas viendo imágenes lindas en Instagram, Pinterest o Tumbrl. Sí, curiosiar en la vida de los demás puede ser muy divertido, pero últimamente me ha dado más placer encontrar a gente que, como yo, prefiere encontrar en los dibujos felices un escape, una oportunidad  para viajar a otras realidades.



Netflix. Una vez me preguntaron que si yo podría vivir sin televisión y contesté que no, que nunca. Me dijeron entonces que si el internet no suplía esa carencia y dije que no, que para mí la tele es la tele y nada ni nadie sería capaz de suplantarlo. Sin embargo el día de hoy puedo decir que sin Netflix mi vida sería espantosa y miserable. Puedo pasar maratones completos embobada, enviciada, o simplemente puedo hacer trama con alguna serie de la que no estoy muy segura y ver los dos primeros y luego los dos últimos. No me culpen, a veces hago eso también con los libros, y bueno, al menos para que cuando me pregunten sepa yo algo al respecto, jejeje.



Soñar. Todas, TODAS las noches sueño. No hubo mejor cosa en la película de Intensamente que retratar al apartado de los sueños como una productora de cine. Juro por Dios que me mira que los guionistas que habitan en mi mente son la cosa más trabajadora del mundo, y lo cierto es que tengo el hábito de que cada mañana al despertar pienso en lo que soñé para que no se me olvide. No lo anoto, pero debo confesar que todavía recuerdo sueños que tuve de niña.

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