sábado, 25 de octubre de 2008

Talento para chillar


Husmeando como es mi costumbre en los periódicos en línea (donde, confieso, sólo leo lo que más llama mi antención y no las notas importantes del acontecer nacional y/o mundial), encontré la noticia más simpática, creo yo, de toda la temporada: En Querétaro, específicamente en San Juan del Río, se realizará a propósito de las celebraciones de Todos Santos, el segundo Concurso nacional de Plañideras. 

Vamos por partes. Para aquellos jóvenes que creen que este término suena a grosería, corro de inmediato al diccionario y transcribo textual la definición:

Plañir.- Llorar y clamar una pena. 
por tanto
Plañidera.- Mujer que llora y grita en los funerales.

La nota del periódico Excelsior dice así:

"Un inusual certamen convoca en Querétaro a mujeres con talento para soltar la lágrima. 

Querétaro.- Si usted tiene entre 15 y 99 años y además posee la habilidad de soltar el llanto fácilmente, esto le interesa. 
El próximo 1 de noviembre, en el marco de la conmemoración del Día de Muertos, el municipio queretano de San Juan del Río realizará el Segundo Concurso Nacional de Plañideras en el que, como dice la canción de José Alfreo, todo será "llorar y llorar".

Gustavo Ríos Garduño, coordinador de Turismo de San Juan del Río, explicó que el certamen busca rescatar una de las tradiciones más importantes en materia de culto a la muerte y dar vida a leyendas que han sido olvidadas en el país. 

Detalló que las participantes deberán estar en el rango de edad citado, tener "talento para llorar" y deberán presentarse vestidas de velo negro de encaje y rebozo. 

"Los premios serán de más de 10 mil pesos, (pero) estamos esperando otros patrocinadores para que nos den más premios. El año pasado, hay que recordarlo, participaron 11 plañideras. En este momento ya se han inscrito de distintas partes de la República. Tenemos a ocho mujeres inscritas, más todas las mujeres que participaron el año pasado que son de aquí de la región".

De las participantes se seleccionará a 15 finalistas, quienes deberán llorar durante un minuto a la memoria de algún personaje público, cuyo nombre será sorteado..."

En tiempos pasados, cuando alguien moría, sobre todo en los pueblos, había mujeres plañideras con el atuendo antes citado, que iban a dar tremendos chillidos, según entiendo, para que la demás concurrencia que asistía a dar sus condolencias se contagiara de este sentimiento y terminara, irremediablemente, echando lágrima por el difuntito. Esto era algo muy común y estos personajes eran tan conocidos entre la sociedad como el sacerdote, el médico, la mestra, etc.

"... La tradición de pagar a mujeres por llorar y brindar compañía durante un sepelio es ancestral y ya en el antiguo Egipto se recurría a ellas.

Algunos frescos localzados a orillas del río Nilo dan cuenta de que este oficio no era solamente una figuración teatral, sino una parte fundamental del ritual funerario en el que los lamentos de las plañideras se mezclaban con los rezos de los sacerdotes y danzas de otros asistentes. 

Era una práctica que solía transmitirse de madres a hijas y ellas eran las encargadas de dejar constancia pública del duelo de los familiares del difunto. 

Algo similar ocurría en el México prehispánico, en donde las crónicas de la Colonia detallaban el asombro de los españoles ante la capacidad de llanto de los nahuas, en especial a sus difuntos. Algunos relatos señalan que las plañideras lloraban durante los primeros 40 días posteriores al deceso y que en función del número de ellas se identificaba la importancia de la persona que había perdido la vida. 

Durante este periodo, las participantes en el ritual no se lavaban la cara y al final se reunían para limpiarse los residuos de llanto y tierra, que eran depositados en una vasija." Detalla la nota periodísitica. 

Hoy en día que el mundo parece insensibilizado ante tantas y tantas malas noticias que llegan de porrazo, resulta una maravilla absoluta que exista un concurso para fomentar de nueva cuenta esta antigua tradición... ¿Se imagina usted que le den un jugoso premio por llorar cuando le digan el nombre "Andrés Manuel", "Felipe Calderón", "Elba Esther Gordillo" o "Adal Ramones"? ¿Qué tal que le digan: ¡El dólar se compra en 15 pesos! ¡Subió de nuevo la gasolina! ¡Habrá recortes presupuestales y despidos!? ¿No lloraríamos todos como Magdalenas ante el panorama que vivimos este turbulento 2008 y lo que nos espera?

A mi la verdad se me antoja mucho este concurso. La oportunidad exacta para desahogar tragedias, traumas, enojos, berrinches, dolores y demás sentimientos de la misma índole. Aunque yo no soy de lágrima fácil, ahí se me saldría el chamuco mismo que me invade cuando veo las cuentas bancarias por pagar, los costos de una boda, mi saldo el fin de quincena, el tráfico horrible, la mala televisión, la pobreza, la contaminación, la inseguridad, las injusticias laborales y sociales, las peleas con el novio... ¡AAAAAHGGGGGGGG! Nomás de escribirlo me ha salido una que otra, quizá me estoy preparando de manera intensiva. 

Esto, claro, no es el punto central de tal convocatoria. La idea es rescatar una de tantas tradiciones arraigadas en México ante la milenaria y quizá misteriosa costumbre de rendirle culto a la muerte (entre la pena y la risa), así que nada mejor que el primer y único Museo de la Muerte como escenario perfecto para tal sesión de llanto, en medio del olor a incienso, del color del cempazúchitl, del brillo de las mandarinas y las ollas de los altares, siempre acompañadas de las fotos de los difuntitos. 

Bien lo dice la nota parafraseando a José Alfredo Jiménez: "llorar y llorar, llorar y llorar..." Esta expresión humana tan reprimida en el mundo moderno, también debería ser alentada entre el sexo masculino. No sería malo tener un concurso nacional del Plañideros, al fin y al cabo los hombres también tienen muchos motivos para ponerse sentimentales: pagar cuentas, pagar gasolina, lidiar con los emotivos y eufóricos procesos hormonales femeninos, la caída del cabello... ¡Pobrecillos! ¡Cuánta tensión! En verdad necesitan una buena excusa para llorar a sus anchas... y hasta llevarse un cuantioso premio. 

Así que... ¿Quién se apunta? (Los interesados favor de llevar su cajita de Klennex, por aquello de moco tendido e imparable en estos casos...)

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