miércoles, 24 de abril de 2013

Ella. Él.


Ella tenía ganas de volar, y voló. Él quería estabilidad y se quedó. Ella era signo de tierra, y aún así alzó el vuelo. Él era signo de agua, que lo mismo podía tener en el cielo o en el suelo. Ella tenía impaciencia por vivir. Él no tomaba al tiempo en serio. Ella era panorámica. Él observaba el detalle del cuadro. Ella necesitaba movimiento. Él no tenía prisa. Ella sentía tanto que solía hacer explosión. Él sentía tanto que solía hacer implosión. Ella viajaba del pasado al futuro con la velocidad de una ilusión. Él simplemente habitaba en el presente, sin esperar nada más. Ella abrazaba al mundo. Él se abrazaba a sí mismo. Ella quería volar y voló. Él… simplemente se quedó. 

Visión borrosa


Ya casi no observo, he pedido esa interesante habilidad. Últimamente mis ojos se limitan a ver lo que “deben” ver, se les escapa la oportunidad de re descubrir el mundo, de re leerlo, de entenderlo de otras maneras diferentes. Espero que se trate de una etapa y nada más, odiaría tener que vivir atrapada en la 2-D.