jueves, 25 de octubre de 2007

Breve encuentro con las estrellas

No cabe duda que los niños de hoy nacen con la consigna de darnos clases de Windows Vista, Office 2007 y Google “voy a tener suerte”. Hoy en día, los infantes podrán no saber “quién es ese que anda ahí” pero dominan perfecto la ergonómica postura para manejar un mouse, y que por medio del Internet pueden ver horas y horas sin parar sus programas favoritos que algún ocioso y mala leche osa subir al YouTube.

Así, es fácil comprender que la Niñita, mi sobrina y terrible mini dictadora de sólo año y medio de edad, exprese contundente sus deseos por ver en la computadora los musicales de ese horror de programa llamado Hi-5. Esta lucha entre la niña y sus adultos parientes se repite una, otra, otra y otra vez durante todo el santo día.

Por esa razón cuando mi amiga la Tam me invitó a hacerme parte de la comunidad virtual Hi5, pensé en los horrores que eso representaría con la niña. Pero luego entendí que no, que hi5.com es El sitio de moda, lo in de lo in en el pulso de la vida social cibernética. Así pues me inscribí y de inmediato me boletiné entre los cuates para que me agregaran a sus listas de amigos, donde aparecen con fotito y toda la cosa.


Este tipo de sitos, así como los blogs o los chats, ofrecen o hacer amigos o buscar a los que ya lo son. Andando en esas, uno de tantos días de ocio comencé a buscar foto en foto a los amigos de mis amigos, y así de pronto llegué hasta la gente famosa. Que si Silvia Pasquel, que si Café Tacuba, que si Yahir… “Naaa” –pensé- “seguramente estos sitios los sacan los fans y estas personas ni enteradas de que tienen un Hi5 con su nombre”. Entonces llegué a la página de Héctor Suárez Gomíz, quien ya tiene larga carrera andada. El morbo es grande, y ya que está uno ahí pues lo mínimo que debe hacer es leer con atención para comprobar la autenticidad del firmante. Por sus fotos tan personales y su redacción, casi pude creer que se trataba de un sitio publicado por él mismo, y entonces decidí dejarle un Comment donde lo saludé y le pedí, si es que tenía, me hiciera llegar el mp3 de una canción que sacó en plenos años 90, cuando Alcanzar una estrella y el copete con crepé eran lo máximo, que adoré de chavita y jamás pude volver a conseguir.

A la mañana siguiente me encontré con un mensaje suyo en mi Hi5, me pidió mi correo y ¡paz! en menos de dos días canté cual mozuela enamorada “Las ganas de amar”. Pero aquí no para la cosa. Héctor, quien además me agregó a su lista de amigos (y no es que les presuma ni nada), tuvo a bien enviarme amablemente otra gran rola de su autoría que poca gente conoce. La verdad creo que le di en el clavo con eso de preguntar por su música, y lo más extraño del caso es que así de globalizado es este cibermundito que una querida prima vino a encontrar mi contacto ¡por ser amiga de Héctor Suárez! Qué asunto tan más gracioso.


Este fue queridos lectores, mi breve pero brillante encuentro con las estrellas. ¡Gracias Hi5, y no precisamente el que le gusta a la Niñita!

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