martes, 13 de mayo de 2008

28, 29...

Escribir... hace mucho que no lo hago, al menos no como solía ejercer esta disciplina auto impuesta, tan relajante, tan estimulante... Pero en estos momentos me sentía obligada a hacerlo, el ciclo de mis 28 años está por terminar y no me podía permitir que semejante evento pasara desapercibido.

Han sucedido muchas cosas desde que dejé que este blog se llenara de polvo virtual, como las libretas viejas, como los diarios que guardamos en el cajón cuyas hojas se cubren de amarillo olvido. La vida en el mundo no ha dejado de agitarse: Verónica y su golpeador Gallito Feliz son de nuevo madre e hijo; el petróleo y la energía son temas tan polémicos como los salarios de los gobernantes priístas, las paredes que escurren de tanto calor, están por celebrarse el día mundial del internet (¡festejemos si es que estamos haciendo uso de él!), el día mundial de los Museos y el día internacional contra la homofobia, aunque existen aún millones de personas que no pueden acceder a los museos, que aun no conocen ni siquiera una computadora, y que siguen discriminando la sexualidad de los demás.

Hugo Sánchez se fue y su silla sigue vacía, las Chivas van de super líderes y yo he sanado mis más oscuras y densas vibras gracias a una gran experiencia donde fui limpiada de pies a cabeza. Definitivamente la vida no es igual después de eso.

Yo tenía mucha fe en mis 28 años; hace un año estaba verdaderamente emocionada porque sabía que esta etapa de mi vida, la de mis favoritos números pares, sería completamente inolvidable: no me equivoqué. Lo malo es que nunca me imaginé en que sentido serían inolvidables.

Afortunadamente en la marejada de cambios que he vivido los ángeles no se han movido de mi. Estóicos, invencibles, están ahí en todo momento, recordándome que, aunque quisiera, no puedo ir jamás hacia atrás, que debo evolucionar, crecer, mientras mi entorno también se mueve, tambien cambia... y nada volverá a ser igual jamás. He aprendido a no arrepentirme de mis momentos, y estoy aprendiendo a sobrellevar las responsabilidades que esto implica.

Mis 29 están cerca, como cerca está el cambio que todos deseamos para nuestro país. Ojalá que lleguen para bien... ojalá.

1 comentario:

Yomera dijo...

así sea!