jueves, 17 de mayo de 2007

Columna sin sentido

Quería escribir una gran columna que no tuviera nada que ver con mi cumpleaños, ni con el día de la madre, o el día del maestro, o la libertad de expresión.

Quería escribir una gran columna sobre cosas triviales, cotidianas, increíblemente estúpidas para la gran vorágine que nos impide detenernos a observar el color de las cosas, el tamaño de los edificios, el canto de los pájaros por la tarde, los nombres graciosos con los que bautizan las misceláneas y tiendas de abarrotes (Omega 33, los Chicuelos, El tendedero… muy originales).

Quería escribir una gran columna sobre asuntos de importancia nacional como los secuestros, la violencia desmedida que sobrepasa los límites de la imaginación, los gobiernos, el papel de la mujer en el mundo actual, la capa de ozono, la temporada de huracanes, la enfermedad y la miseria.

Quería escribir cualquier cosa que me hiciera llegar a los 3 mil caracteres requeridos en mis textos semanales, sin importar (lo confieso) la forma o el estilo, la ortografía o la gramática.

Quería escribir una columna que no pareciera la auto evaluación trillada que de manera ritual me procuro año con año, analizando, recopilando, subrayando con letras enormes los eventos importantes de mis pasados 365 días, que incluirían, por qué no, ese momento terrible de escuchar las odiadas mañanitas con Pedro Infante (esta vez no pongo tanta objeción para escucharlo, finalmente no seré yo quien frene la emoción de las celebraciones por su 50 aniversario luctuoso). Quería escribir una columna que no me mostrara vulnerable, intranquila, inquieta, soñadora, emotiva, susceptible, irascible. Quería hablar de todo y de nada, de las estrellas y Julio Cortázar, de las ensaladas y la confusión que en estos días me lleva a emocionarme y no entender si por el hecho mismo de ser mujer o por la maravilla de poder reconocerme como tal en las reacciones y confidencias de todas aquellas que de una manera u otra, actúan conforme lo dicta su corazón.

Esta columna definitivamente no hablaría de calorías ni de chismes de farándula; tampoco hablaría del limbo y la injusticia de haberlo sacado del mapa así, sin razón aparente; aunque lo mismo ocurre día a día con programas de televisión, empleos, salarios, vidas.

Hago estas inusuales confesiones y volteo tras de mí: mis perros duermen en la cama, sienten mi mirada y me ven con indiferencia antes de volver a lo suyo; entonces comprendo de lo que sí debo hablar.

Hoy quiero escribir un agradecimiento profundo y sincero a quienes están ahí, diario, cada mes, cada semana, cada cumpleaños. A quienes me leen sin conocerme, a quienes escribo sin conocerles. A quienes me ponen pruebas de vida, a quienes me escuchan, a quienes me hacen crecer y a quienes me hacen llorar; aquellos a quienes detesto, y aquellos con quienes comparto carcajadas envidiables.

Gracias… gracias por ser y estar, por compartir lazos de sangre o de amor. Mis 28 años de vida serán lo que deben ser por todos y cada uno de ustedes. Feliz cumpleaños a mi.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

pocha!!! feliz cumple! como siempre te he dicho soy tu lectora y admiradora, asi que me entero de tu vida por tu columna y tus blogger... por cierto también me entero de ti cuando nos vamos a tomar un merecido cafecito (después de meses de no vernos)... más bien fue jugo y chela, jajaja---te mando un abrazote sin mañanitas jajajaa... besos!.. Yumei P.

Anónimo dijo...

Feliz cumple Pocha, y vaya forma de celebrarlo, junto a la chismosa orgullo de la colonia Chapultepec en Poza Rica, con tu novio viajero y sobre todo con Shakira. Te guardaremos tu rico pastel aquí en el corazón de Veracruz (RTV)... Alfredo

Anónimo dijo...

Ánimo Chiquis: Cuando se cumple años también se cumplen propósitos, ilusiones, deseos. Sigue escribiendo tu columna que disfruto semanalmente y ten la seguridad que así como yo, muchos también la leen con agrado. ¡ Feliz Cumpleaños! Tu pa.

Yomera dijo...

feliz cumpleaños! super atrasadísimo! bueno, feliz no cumpleaños! Sigue escribiendo! saludos!