Te fuiste y este pequeño espacio que compartimos por dos semanas ha vuelto a ser lo que era, pero quizá un poco más vacío que antes.
El ventilador no estará prendido por las noches, cosa que no extrañaré en lo más mínimo. Volveré a cenar lo mismo de todos los días, a levantarme, hacer mi rutina, a prender el teléfono temprano para esperar amorosamente la primera llamada del día.
El control remoto estará a mi única disposición las 24 horas del día; se acabaron los documentales nocturnos y los asombros diarios sobre los extraterrestres que viven entre nosotros. A partir de hoy vuelven las telenovelas y los programas de cambio de look, de comida y algunos otros reality shows.
Todo vuelve a lo que era.
Y aún así, lo que era se queda sin sentido si no estás aquí.
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